JUVENTUD EN ROMA: Schoenstatt para la Iglesia

pro03.jpgAlrededor de 3000 personas peregrinaron hasta el Vaticano. La fiesta de los 100 años de la fundación del Movimiento de Schoenstatt continúa a 6 días de la gran celebración.
Una calle angosta repleta de gente, velas encendidas, banderas flameando, familias completas y canciones alegres. Así se vivía la peregrinación de la familia schoenstattiana en Roma. Antes de esto, los jóvenes presentes se reunieron en la Iglesia San Carlo ai Cantinari, y a las 19 horas se dio comienzo a la celebración de la Santa Misa. Al finalizar, se encontraron con el resto de la familia en la Iglesia San Salvatore in Onda, lugar en el que permacene la tumba de San Vicente Pallotti, y se dio inicio a la caminata.

La idea era peregrinar desde allí para “llegar hacia el corazón de la Iglesia y volver a renovar la Alianza de Amor” todos juntos, es por eso que para la preparación espiritual de este momento, cada una de las personas recibió una vela que llevó encendida hasta el final, 

en símbolo de la antorcha de fuego con la que corrieron los jóvenes desde Pompeya a Schoenstatt. También estuvo presente la cruz de madera de la JMJ, la cual lideraba la procesión y fue cargada por los varones.

En la noche se tuvo como referencia una pregunta que el Padre Kentenich le hizo al Padre Meningen; allí le dijo “¿Quieres venir conmigo?”. Es por eso que en un momento se entregaron pulseras a todos los peregrinos con esa frase escrita como símbolo del compromiso que se asume de ahora en el Movimiento de Schoenstatt. Después de esto, se formaron parejas espontáneas que, durante un tramo del camino, compartieron experiencias personales sobre qué fue lo que los enamoró de Schoenstatt, y qué momento los marcaron más. “Es increíble saber que, a pesar de la distancia y las edades, tenemos los mismos ideales y hemos vivido cosas parecidas”, dijo Cecilia Dutra, una joven de Uruguay.

Al llegar al Vaticano, los schoenstattianos se sentaron en el suelo y luego de meditar la frase del Padre fundador, esperaron a escucharla en su idioma para levantarse con fuerzas y gritar la respuesta: SI, PADRE, VOY CONTIGO. Luego se consagraron a la Mater en sus idiomas mirando hacia el famoso mosaico de la Virgen María de la Plaza San Pedro, y terminaron con fuertes aplausos. “Qué emoción más grande es decirle SÍ a nuestro querido Padre José, sentir que somos parte de una historia que comenzó hace tanto y que sigue fuerte hoy en día”, decía Maria Elena Aguirre.

Cantando la Oración de Franz Reinisch finalizó este primer encuentro de la familia de Schoenstatt en Roma. Fue una importante instancia en la cual pudieron reunirse como miembros del iglesia, y también preparase para la Audiencia con el Santo Padre.  Llenos de emoción, partieron con sus respectivos grupos y delegaciones, listos para comenzar 100 años más de la mano de María.