Misa de Familias 19 de octubre 2014

20141019_102250_6590Familiengottesdienst_Kroeper.jpgCon mucha alegría, colores y contagiosas canciones, celebraron miles de familias la Santa Misa el primer día del segundo siglo del Movimiento Internacional de Schoenstatt. 

La celebración se llevó a cabo en la Arena de Peregrinos y fue presidida por el Padre Bernard Schneider. Entre los concelebrantes, se encontraban, el asistente del Instituto de Familias, Padre Marcel Mouras, el Padre Michael Hagan, asesor de la Federación Apostólica de Familias en Alemania y el rector del Santuario Original, Padre Antonio Bracht. 

Al igual que en los días previos, la alegría que se vivía en la Arena de Peregrinos, la mañana del 19 de octubre de 2014, era incontenible. Miles de peregrinos se reunieron a las 10 de la mañana para celebrar la Santa Misa. Jóvenes, adultos y niños celebraron juntos la Eucaristía, testimoniando una auténtica unidad familiar. 

Al llegar a la Arena, cada niño recibía un saquito que contenía una pulsera. Éstas debían ser trenzadas y, al momento de la paz, intercambiadas con otro niño. Ésta fue tan sólo una de las muchas instancias de compartir con “el otro” durante la celebración de la Eucaristía. Durante el canto del Gloria muchos niños pasaron adelante con pañuelos de colores y bailaron al ritmo de “Alabaré, alabaré”. El Padre Schneider recalcó después, la gracia y significancia de la internacionalidad del Movimiento de Schoenstatt, representada en los distintos pañuelos de colores con los que bailaron los niños. 

Pero, no solo los pequeños pudieron disfrutar. Después de la homilía, se dedicó un tiempo a la meditación, en el cual cada persona debía recordar su Santuario Hogar y viajar espiritualmente a él. Una vez terminada la meditación se produjo un intercambio de experiencias de santuarios hogares entre los asistentes. “Las experiencias concretas con las personas y las relaciones espirituales en la familia son el camino para una fe personal y viva…” señaló el Padre Marcel Mouras en su prédica. También llamó a entrelazar y hacer una alianza de Santuarios Hogares como aporte a esta hora de la Iglesia, a esta hora de la humanidad: “queremos que esta red entrelace corazón a corazón, familia a familia, país a país. Queremos una red para hacer presente a la Santísima Virgen en cada hogar, en medio de cada familia, para que éstas puedan convertirse en auténticos santuarios vivos.” 

Durante la Oración Universal, familias de distintos países construyeron un santuario hogar en la escalinata del altar. Pidieron por la presencia de María y Jesús en sus hogares, por el amor dentro de la familia y por la paz en el mundo y las familias que sufren por la ausencia de ésta. 

No sólo la alegría hizo de esta Santa Misa algo especial. El cielo sin nubes dejaba brillar el sol, permitiendo a los niños jugar y correr. aunque se produjeron algunos problemas de logística durante la Eucaristía, el ambiente familiar que se vivía ayudó a que éstos pasaran desapercibidos, incluso con un toque cómico, como en cualquier reunión familiar de domingo.

Al finalizar la Misa se soltaron palomas blancas desde el Santuario Hogar construido, simbolizando la paz y la misión que están llamadas a cumplir las familias en los próximos 100 años.

Un coro de familias acompañó la celebración, organizada por la Rama de Familias alemana, con canciones alegres en distintos idiomas. Los organizadores, padres y peregrinos presentes, crearon una ceremonia que unió de manera perfecta lo natural con lo sobre natural.