“Robar con los ojos”

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En la carpa de alianza “Matrimonio y Familia” esta frase, que solía decir el Padre Kentenich, se hace realidad. Schoenstattianos de todo el mundo van a poder inspirarse y enriquecerse en octubre con los distintos trabajos de todo el mundo, de y por la familia. Josef y Rosa María Wieland, responsables de la organización, nos cuentan sobre algunos de los puntos más importantes de la carpa.

 


Josef y Rosa María. Ustedes organizan, junto a varios otros matrimonios, la Carpa de Alianza “Matrimonio y Familia”.  ¿Qué pueden esperar los peregrinos de todo el mundo cuando vengan en octubre y entren al Colegio Mariano?

Josef Wieland: Los peregrinos pueden esperar 3 cosas. Pueden esperar una exposición de más o menos 80 proyectos que hemos recolectado en todo el mundo y que son organizados por familias para familias. También tendremos Workshops, en los cuales se presentarán proyectos e iniciativas de manera individual. Se conversará sobre diferentes experiencias en distintos países. También pueden disfrutar de diversos foros. Lo más importante es el intercambio e inspiración entre unos y otros. Podemos aprender mucho de los demás. Un proyecto de Sudamérica puede aprender de proyectos en Europa y un proyecto de República Checa puede aprender de un proyecto en Alemania. Es maravilloso descubrir la creatividad y fuerza que regala la Alianza de Amor -el matrimonio es una alianza del amor- al gran campo de matrimonio y familia; y todos los proyectos e iniciativas que de ahí nacen.

Por ejemplo, ¿qué puede aprender Europa de Sudamérica?

Josef Wieland: Nosotros estamos fascinados con distintos tipos de proyectos de Sudamérica. Estos son los proyectos misioneros, como Misiones Familiares. O proyectos para divorciados vueltos a casar. Yo sueño con que eso en Europa sea posible alguna vez. También estamos fascinados con proyectos sociales. Familias que trabajan por completo por otras familias y por niños. En esta área hay mucha iniciativas en Sudamérica. La situación social en Europa es claramente distinta a la de Sudamérica, pero aquí también hay necesidades sociales. Podemos aprender unos de los otros.

Usted habló de proyectos para divorciados vueltos a casar. ¿De qué se tratan esos proyectos?

Rosa María Wieland: Se trata de un proyecto en Paraguay. También en Chile existe aunque de otra forma y también está comenzando en España. Se trata de trabajo familiar con un grupo especial. En el fondo se trata de lo siguiente: estas personas que desde el punto de vista de la Iglesia viven en una situación irregular también son miembros de ésta. La Iglesia también los quiere recibir y regalar. No son exiliados. Cuando uno acoge así a estas personas se aleja de la discusión de la recepción del sacramento – del Sí o No a la comunión. Se trata de acoger y aceptar a las personas y hacer un camino juntos. Los responsables se guían, naturalmente, por las enseñanzas de la Iglesia y claramente se discute y explica la pregunta sobre la recepción del Sacramento de la Comunión. Pero también se ven otros elementos como la comunión espiritual que sí es posible.

¿Y además de eso?

Josef Wieland: Son invitados a distintos eventos. Por ejemplo a charlas matrimoniales. Se les dan consejos para que funcione el diálogo en el nuevo matrimonio. Se recurre a lo métodos probados del trabajo familiar de Schoenstatt. Además de esto se preparan misas especiales. Todo el proyecto viene de una iniciativa de la Conferencia Episcopal Latinoamericana CELAM. Hay también otros proyectos en Paraguay que son fascinantes. Algunos por ejemplo, guían al matrimonio a parejas que conviven. Con todos los proyectos tiene que quedar claro: “en la Iglesia hay espacio para todos”. Yo creo que, justamente a esto es a lo que se refiere el Papa Francisco, cuando llama a ir a la periferia. No basta con juntar a los católicos buenos en el centro.

¿Ve un déficit en este tema en la Iglesia alemana?

Josef Wieland: Sí, sobre todo en la práctica. Y tenemos que salir de esta discusión estéril del “Sí o No” sobre la recepción de la comunión. La fortaleza de los latinoamericanos es el llegar a otros de corazón a corazón. Hay menos posiciones intelectuales entre uno y otro. Me alegraría mucho de que este proyecto llegara a Europa.

Rosa María Wieland: Estos proyectos buscan encontrarse con la realidad de estas parejas. Y se trata de desarrollar una visión de como estas parejas pueden seguir desarrollándose en esta nueva situación de vida. Un matrimonio supera muchas curvas en su vida. También los divorciados vueltos a casar tienen un largo camino detrás de ellos. En esto la amargura y el dolor juegan un rol importante. Estos pueden crear problemas más adelante. ¿Qué es la reconciliación ejemplar en este nivel? En Europa aún no hemos llegado a este nivel personal en la discusión actual.

Ustedes hablaron de alrededor de 80 proyectos. ¿Con qué sentimiento se ve este número, este crecimiento?

Josef Wieland: Podemos dar gracias por esto: por esta gran creatividad, variedad, diversidad y abundancia. Y hay muchos más proyectos. Muchos países han seleccionado sólo algunos. Cuando miramos todas las iniciativas, reconocemos también que hay algunas que tienen mucho éxito. Hay modelos de éxito que saltan de un país a otro. Un ejemplo son las misiones. Otro la Academia de Familias, que está presente en 10 países por el momento.  

¿Cuáles son para ustedes los más llamativos?

Rosa María Wieland: Uno de ellos es la corriente de los Santuarios Hogar en el movimiento de familias. El año pasado se realizó un Congreso y hoy se encuentra muy fuerte el deseo de crear una red de Santuarios hogar. En muchos países se desarrolla cada vez más la costumbre de representar en un nombre la misión del Santuario hogar. Hay nombres muy creativos y atractivos. Esto es lo que queremos presentar. En la carpa de Familia habrá, junto a los proyectos, un Santuario Hogar con objetos de uno de los santuarios hogar de Milwaukee que bendijo el Padre Kentenich. También se darán testimonios en la Casa de las Familias sobre esta corriente. Cuáles son nuestras vivencias y experiencias. Esta es la segunda parte de nuestro programa.

¿Cómo será el espacio para el encuentro e intercambio en el marco de la carpa de cultura de alianza?

Josef Wieland: Esto es muy importante. Estaremos ubicados en el gimnasio del Colegio Mariano. Ahí habrá un pequeño café además de una cafetería en el colegio. En los Workshops se trabajará un poco más pero siempre con el objetivo de intercambiar y aprender uno del otro. Hay distintas maneras de aprender. Una es que a través de la meditación una persona descubre algo de sí mismo. Esta es la manera más noble. La segunda manera de aprender es a través de la experiencia y los errores. Esto puede ser muy doloroso, pero es muy efectivo. La tercera manera es que uno copia “descaradamente” lo que otros han hecho. Esta última es la más inteligente. Queremos estimular el aprender el uno del otro, el copiar y adaptar. El Padre Kentenich siempre decía: “Roben con los ojos”. En cuanto a esto siempre sugirió ir hacia otros y ver si uno puede aprender algo.