Un oasis de tranquilidad, en medio del barullo del Jubileo – el Centro Espiritual
Durante los días del Jubileo, cuatro lugares se han instituido como “Centros Espirituales”: la Iglesia de la Adoración, la Capilla y el Santuario de las Hermanas de la Adoración y la Iglesia de Peregrinos. Estos lugares llaman a los peregrinos a la oración y adoración al Santísimo Sacramento.
Al medio día se junta, en el Monte Schoenstatt, una gran muchedumbre. Durante un chubasco los peregrinos encuentran refugio en la gran carpa de comida. Ahora el sol sale nuevamente de entre las nubes. Cada vez más peregrinos se encuentran en la plaza frente a la carpa y se juntan por países dirigiéndose lentamente hacia la Iglesia de la Adoración, que durante los días del Jubileo es el centro de los Centros Espirituales.
Los oasis de tranquilidad y la oración
Cuatro lugares están reservados para la Adoración y la oración en silencio durante los días del Jubileo; la Iglesia de la Adoración, la Capilla y el santuario de las Hermanas de la Adoración y la Iglesia de Peregrinos. Estos son los llamados “Centros Espirituales”. Mientras tanto en el Santuario Original confluyen las corrientes de peregrinos, y las personas, muchas veces por primera vez, pueden tener contacto con el lugar y rezar todos juntos y cantar, son un oasis de tranquilidad.
En ella estarán mis ojos y mi corazón perpetuamente. (1 R 9,3)
Uno entra a la Iglesia de la Adoración por la escalera grande. Detrás del pesado portal se encuentra un cómodo silencio. El Santísimo está expuesto y el sol pinta puntos de luz en los muros más altos. Hace bien entrar aquí. Dejarse contemplar por la mirada llena de amor del Padre. En las bancas se encuentran sentadas chicas de Brasil. Algunas escriben algo. Frente al Tabernáculo se arrodillan dos africanas, bien abrigadas en este frío día de octubre. Inmóviles perseveran largo tiempo en la oración. En los escalones del altar hay un canasto con papeles para rezar en distintos idiomas. Ahí se puede leer:… En ella estarán mis ojos y mi corazón perpetuamente. (1 R 9,3)
Un grupo de niñas se apiñan susurrando frente al cuadro de María. Todos quieren tener fotos de este momento especial, el recuerdo de este lugar, de este Jubileo de los 100 años de Schoenstatt para sus familias en sus casas, sus amigos, para todos aquellos que no pudieron hacer este viaje.
Un lugar en Schoenstatt
Todas estas personas han recibido, en estos días, un lugar en Schoenstatt. En la tumba del Padre se acumulan sobre y por los lados de la alfombra, fotos y cartas que han traído los peregrinos de todo el mundo, testimonios de un gran amor, ardientes anhelos y profunda fe. También aquí reina una atmosfera de oración.
Un regalo especial
Los peregrinos también están invitados a la Adoración del Santísimo Sacramento en la Capilla del Santísimo Sacramento de las Hermanas de la Adoración. Cuatro veces al día las hermanas rezan con ellos la Liturgia de las Horas. Las Hermanas también pusieron su santuario, que normalmente no se encuentra abierto al público, a disposición de los peregrinos. Un lindo regalo, especialmente para quienes ya conocen cada rincón de Schoenstatt…
El día de la espera
Las puertas de la Iglesia de peregrinos se encuentran abiertas de par en par y se escucha el delicado sonido de guitarras. Aquí se celebrará la misa en español al medio día. La iglesia está llena hasta el último puesto. Cada vez más se suman voces al profundo sonido del coro. Una canción conmovedora – se siente la expectativa el día antes del gran Jubileo.