Giubileo 2014

Rodrigo Díaz. Cuando ya estamos ad portas de la Celebración de los 100 años de la Alianza de Amor, en Schoenstatt todos trabajan arduamente para que la experiencia de los peregrinos en el Jubileo sea lo más enriquecedora posible. Se busca que, junto con la vivencia de conocer y recorrer el lugar de Schoenstatt y el Santuario Original, los peregrinos también puedan visitar otros lugares relevantes en la historia de nuestro Movimiento y en la vida del Padre Fundador. 

Lo cierto es que a veces los visitantes, junto con la experiencia de estar en estos lugares, requieren situarse en la historia para conocer el trasfondo que los representa y así poder interiorizarse en cómo su historia ha influido en los acontecimientos y en lo que hoy es la Familia de Schoenstatt. 

Entre los diversos lugares que despiertan el interés de los peregrinos, hay uno que posee una importancia vital en la historia del Movimiento, pues es la cuna de su Fundador, el pueblo de Gymnich. Y justamente porque es el lugar de origen del Padre José Kentenich, es también cuna de lo más elemental que Dios quiso gestar a través de su obra de Schoenstatt, pues constituye el ambiente donde se desarrolló la infancia del Fundador. 

En este contexto ha sido publicado el libro “El Padre José Kentenich en Gymnich”. A través de éste, su autor, Hubertus Brantzen, busca regalar la experiencia de poder visitar y conocer todos los lugares trascendentes del pueblo natal del fundador, pero de manera tal que pueda ser una instancia de vinculación y encuentro con su persona. 

De esta forma, adaptándose al interés y a la disponibilidad de cada peregrino, ofrece varias alternativas para que la visita a Gymnich sea una experiencia de gracias, aun cuando no se cuente con una persona guía. Si bien lo que se ofrece no quiere ser un simple itinerario turístico, el autor se preocupa de cada detalle y especifica las indicaciones de cómo llegar a cada lugar, de manera que el visitante no tenga distracciones ni se pierda en el camino. 

El libro ofrece tres distintas posibilidades para poder visitar y recorrer Gymnich en medio día, un día o dos días, dependiendo de la disponibilidad de tiempo del peregrino. Dentro de las alternativas para conocer están la casa natal, la Iglesia Parroquial, la Capilla de San Antonio, el Castillo de Gymnich, el sitio de la escuela que está desmantelada, la Columna Mariana, el Puente Nepomuceno y la Capilla de Santa Ana. Todos estos lugares están muy vinculados a la infancia del Padre Kentenich, etapa que es muy definitoria en la vida de las personas, según relata el mismo autor: 

“Es como si alguien estampara imágenes o signos escritos en una arcilla húmeda. Mientras la arcilla esté húmeda se pueden trabajar y modificar las imágenes. Pero cuando está seca y quemada, se tiene una característica permanente. 

Algo parecido sucede con la infancia de una persona. Durante los primeros años de su infancia, incluso durante los nueve meses de su concepción, las experiencias que le llegan le dan una dirección a su vida. Expresado en otra imagen: en este tiempo se escribe el guión de su vida.” 

Ciertamente Hubertus Brantzen ha querido, no sólo darnos la posibilidad de conocer y recorrer lugares emblemáticos en la niñez del Padre, sino que ha querido introducirnos en su historia y evocar todos aquellos acontecimientos trascendentales en el lugar de los hechos, para que nuestra visita no sea un simple recorrido, sino una experiencia que nos permita vincularnos cada día más al Padre Fundador y a las raíces de Schoenstatt. 

“Cerca de 130 años después de su nacimiento sabemos hoy qué ha sido de este niño. Su historia de vida, meditada a la luz de las perspectivas actuales nos deja admirados lo que ese hombre ha hecho de su vida y de su vocación, cuando reconoció sus raíces y se entregó a la conducción de Dios.

Así pues somos invitados a seguir las huellas que el P. José Kentenich dejó en su lugar de origen y al mismo tiempo a pensar en nuestra propia vocación.”